Una patente es un derecho, otorgado por el Estado a un inventor. Este derecho permite al titular de la patente impedir que terceros hagan uso de la tecnología patentada. El titular de dicha patente es el único que puede utilizar la tecnología asociada a la patente o puede permitir a otros utilizarla (la tecnología). Este permiso se hace a cambio de dinero o algo que le interese al titular de la patente.
Las patentes tienen una duración prefijada de 20 años para que el inventor amortice durante este tiempo la inversión que ha tenido que realizar para llegar a desarrollar la tecnología patentada. Posteriormente, la tecnología patentada, queda a dispositición del dominio público pero este tiempo en el mundo del software es muy desfasado. Imaginemos que Microsoft patentara los procesadores de texto…sólo Microsoft podría desarrollar procesadores de texto a no ser que otra empresa que quisiera hacerlo le pagara por el consentimiento. Esto provocaría que no hubiese apenas competencia en el mundo de los procesadores de texto y por tanto no hubiera innovación o mejoras.
La patente es un concepto que proviene del sector industrial pero que también se aplica al mundo del software solo que se aplican sobre funcionalidades, algoritmos, representaciones y otras acciones que se pueden llevar a cabo con una computadora. Este detalle provoca que el software y en particular el software libre se vea afectado de forma negativa.
El motivo de esto es que normalmente las pymes están obligadas a innovar para poder tener éxito en un mercado en el que las grandes empresas tienen el monopolio. Estas empresas tienen los recursos limitados y el uso de software libre es una alternativa sensata para innovar ya que al disponer del código fuente no se parte de cero sino que pueden reutilizar código de cosas ya hechas. Esto sería lo ideal, que las pymes dedicaran sus recursos a innovar pero las patentes obligan a comprobar que cualquier tecnología que utilicen en sus desarrollos no esté patentada y les provoquen futuros litigios, con el consiguiente coste asociado.
El hecho de patentar software puede provocar que no se pueda avanzar en diferentes campos de la informática y lo malo es que la empresa que ha patentado el software puede no tener ningún tipo de interés, es decir, ha hecho la patente para que otras empresas no puedan utilizar dicha tecnología. Estas empresas son las que se llaman «troles de patentes«.
Para patentar una idea uno tiene que ir a una oficina de patentes para explicar de qué se trata y, en caso de no estar patentado, pagar una cantidad y ya está, tiene la idea patentada. Se supone que dicha idea, para patentarse, debe «innovar» pero las oficinas de patentes no son muy estrictas en este aspecto porque si lo fueran patentarían mucho menos y recaudarían menos. Estos últimos días hemos visto patentes tan absurdas como que Apple patentara el desbloqueo con el dedo en los terminales con pantalla táctil pero hay otras como que Microsoft patente el apagado de apagado del ordenador para sistemas de entornos de ventana o que en 2004 Microsoft depositó una patente sobre el doble click en los dispositivos con capacidades limitados (como móviles y PDAs). Esta táctica se utiliza para luchar con otras empresas del sector y pedir indemnización al resto por usar lo patentado. Hoy en día, Microsoft gana más dinero por la venta de terminales con sistema operativo Android que terminales con sistema windows phone y esto es por tema de patentes.